Almost there (Desireé)

Ea.

Hemos llegado a ese momento de proporciones épicas: el último lunes de la última semana de clases. Día en que uno se percata de que ya ta, ya estamos, pestañeás y te lo perdés.

Durante el Rito, todos, o casi todos, saltamos abrazados y cantando, bastante eufóricos, y fue como si al menos una vez fuéramos en serio compañeros que se quieren, casi como hermanos. No somos -nunca lo fuimos- un curso muy unido, pero aunque sea por un par de días pareció que sí. Creo que de golpe a todos nos va cayendo la ficha de que, a pesar de la rutinaria indiferencia con la que vivimos los años que pasaron, estamos a punto de dar los primeros pasos en una dirección nueva y desconocida, sin ninguno de nuestros acompañantes de viaje al lado para guiarnos. Da cosita.

Hoy tuvimos una de las pruebas finales; mañana tengo mi recuperatorio de Lengua y después c'est fini, y por primera vez desde que entré a la escuela hace casi cuatro años, es probable que no me lleve materias. Mandy, por su parte, va a terminar 5to año con un promedio impecable, lo cual no es ninguna sorpresa, jeje.

Algunas de las profesoras todavía insisten en hacernos trabajar, pero la mayoría se limita a repartinos los finales corregidos y a leernos las notas, y después nos deja boludear. Nunca nos caracterizamos por un apasionado amor por el estudio, pero nuestra dispersión ha alcanzado por estos días fronteras insospechadas. Básicamente, pasa una mosca y yo me vuelo con ella; mis amigas se pintan las uñas de rojo las unas a las otras; los chicos juegan con avioncitos de papel (alta regresión xD); las parejitas aprietan ignorando cualquier autoridad represora.

Casi todos hablan del Acto de Colación y de la Fiesta de Graduación: las chicas discuten el orden de entrada de las parejas en la fiesta como si fuera una cuestión de vida o muerte, y los organizadores del acto caen cada día a manguearnos plata por algo distinto, o hacer un "retoquecito" de unos diez días en la fecha elegida.

Y falta poquito.

Todavía no quiero hablar de todo lo que voy a dejar acá, y de lo que voy a vivir cuando me vaya. Nunca fui mucho de vivir el presente, porque me encanta revivir el pasado constantemente, idealizarlo, y también fantasear con respecto al futuro, planificar. Pero ahora, en este preciso instante, siento que es el momento perfecto para vivir minuto a minuto, segundo a segundito. Porque, bueno, ya son los últimos de la escuela secundaria.

Algunos están tristes. Yo estoy entusiasmada.