domingo, 29 de junio de 2008

A falta de uno (Mandy)

22 de abril

Hola! Bueno, si siguieron atenta y fervorosamente (?) los posteos de este blog, y leyeron específicamente el posteo de Di donde explicaba que alojaría a un extranjero, quizás - sólo quizás - pensaron que era un tantito sospechoso que a sólo una semana de iniciar el blog ya hubiera noticias emocionantes. Porque la mayoría de los… “bloggers” pareciera que acomodaran los sucesos de su vida de forma increíblemente precisa para que todo encaje y sea interesante de leer. Pero casualmente, este no es uno de esos casos. La verdad verdadera es que las cosas que escribimos acá pasan de verdad, y aunque no nos crean, es completamente cierto. Jeje.
Volviendo al tema inicial del intercambiado de Di…
En nuestro curso nunca, nunca JAMAS hubo un estudiante de intercambio. En nuestra escuela hay una gran cantidad de ellos, pero por esa suerte que nos caracteriza, nunca hubo uno que cursara con nosotros. Entonces, el saber que un chico o una chica viniera, ya nos animó a todos. Sobretodo porque sabíamos que sí o sí venía a nuestro curso, al alojarse con Di. Pero lo de hoy sí que fue una sorpresa.
Llegué como 5 minutos antes de que las clases empezaran. Nada nuevo, todo igual. Saludé a mis amigas que se sientan detrás mío, como cada mañana, y me senté a esperar que apareciera la profesora para comenzar a contar cuantas horas más de clases quedaban. Pero antes de que todo esto sucediera, veo que se asoma a la puerta la señora que me había cruzado al subir las escaleras más temprano. Y estaba acompañada por un chico que obviamente no tenía carateres argentinos. En eso, entra la directora y dice que tenemos un nuevo alumno y que se quedará con nosotros hasta fin de año. A todo esto, mi queridísima amiga Di todavía no había llegado, y el asiento al lado mío estaba desocupado. Y tal como pasa sólo en las películas, la directora le señaló ESE lugar, porque obviamente era el único vacío. No lo podía creer. Las chicas del curso comenzaron a gritar y saltar (sí, sí, no estoy exagerando; realmente lo hicieron), según ellas porque no habían tenido a ningún extranjero en su curso en su vida, pero hasta la profesora - que luego llegó - se dio cuenta que no era la verdadera razón, y les dijo que se calmaran un poco y que fueran un poco disimuladas.
Luego, un compañero nuestro se ofreció de traductor y comenzó el típico interrogatorio al nuevo alumno. Tiene un nombre muy complicado, y para no escracharlo acá, digamos que se llama Nick. Tiene 18 años y es alto y rubio, con rulitos. Obviamente tiene ojos claros, y viene de Europa. En el recreo, toooodas las chicas del curso formaron alrededor suyo una estrecha circunferencia, con apenas el espacio necesario para poder respirar, y los varones se fueron del salón sin importarles demasiado integrarlo al grupo. ¿Celosos? Mmm…
Parecía no interesarse en nada, y entiendo que no hable español. Pero yo no sabía de qué hablarle. Y mis amigas de atrás querían que le tradujera oraciones en castellano y preguntas que realmente me hacían sentir estúpida al decírselas. Sólo le pregunté dos preguntas mías (jaja): “How do you say it?” (refiriendome a su nombre, inteligible, y con una letra de un alfabeto desconocido para mi) y “We’re leaving” (cuando una profesora faltó y nos dejaron salir antes. Encima me miró con cara rara porque debemos ser el único país en el que falta una profesora y nos largan…)
Cuando sepa más, les cuento. Por ahora calculo que se sentará al lado mío, excepto que:
1) Mi amiga Julieta vuelva de su viaje y quiera recuperar su lugar
o
2) Alguna de mis compañeras lo rapte y se lo lleve a su lado.

Atte.
Mandy

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