domingo, 29 de junio de 2008

Resumiendo, bien (Desireé)

17 de mayo

Podría decir que esta semana fue una larga sucesión de desgracias para mí, a saber: me rebotaron el medio boleto (parece que excedemos el límite de entrada, y qué sé yo, conclusión, tenemos tanta plata que deberíamos poder pagar el boleto más caro del país); me quemé el entrecejo con cera (sí… se nota); me peleé con mi profesora de Problemática Psicosocial de la Educación (porque… ¿a qué no saben? La Revolución Francesa no la hizo burguesía. No, no. Según ella, la burguesía es una consecuencia de la Revolución, y no a la inversa. Los libros de Historia me han estado mintiendo toda mi vida); mi mamá se fue de viaje a Buenos Aires, por su trabajo, y a más de que quiero a mi mami, tengo que ocuparme de las responsabilidades domésticas, como lavar platos y esas cosas que odio con todo mi corazón; el idiota pesado hermano de Clara decidió que está completamente enamorado de mí, y me acosa con mensajitos y llamadas; mis amigos siguen sin darme bola.
Me gusta usar el punto y coma. Es re práctico.
Bueno, les decía, suponía que esta semana iba a finalizar tan trágica como comenzó, pero ayer fue un día bueno.
Naturalmente empezó mal, como todo el resto. Tuvimos Sociología, la mina no corrigió las pruebas, nos aburrimos mucho mucho. Después, Inglés, Damián llegó a la clase tarde y acompañado por Yamila, me lastimé la parte inferior de los labios por morderme tan fuerte, y disfruté que él tuviera que irse a buscar un banco a la otra punta de la escuela, porque ya no había más en el salón. Se sentó lejos de mí pero también lejos de ella, porque el salón es así tipo dos por dos. Me miró y saludó con la mano. Me tragué la bronca, la sentí pasar como un nudito por mi garganta, y le sonreí ligeramente. Me siguió mirando. Pero mi horrible quemadura del entrecejo era imposible de ver a la distancia a la que él estaba. Después me miré al espejo y tenía el pelo bastante lindo. Y sí, me lavo los dientes. O sea… ¿qué piii! se quedó mirando? No sé. El día que consiga el Manual de Instrucciones de Damián Fausto, les cuento.
Mandy y yo, junto con Karina y Julieta, habíamos decidido ir al cine la noche del viernes (anoche). Además, arreglamos que yo invitaría a Lucas, Ale y Damián. Lo hice. Sí, soy valiente, caradura y tengo poca dignidad. Lo gestioné todo por mensajes de texto con Lucas, empezando el jueves. Ahí, su respuesta fue que tenía que verlo con los otros dos. Ayer por la tarde, cuando le pregunté nuevamente, contestó que tenía que ir al cumplemes de su sobrinita (¡levante la mano quién se cree esa excusa! Yo no), y que Ale y Dami también tenían otros planes. Que arreglábamos otro día. Qué te diviertas, escribí yo en mi respuesta, qué te diviertas, contestó él. Me dieron ganas de llorar.
Tipo nueve de la noche, me encontré con Mandy y Kari en el hall del Alto. Ya no tenía ganas de estar triste. Les conté de la última llamada del hermano psicópata (por algún motivo, toda mi vida me persiguieron los psicópatas) y después les mostré el intercambio de mensajes con Lucas, pero tratamos de reírnos de lo primero y no comentar mucho lo segundo. Fuimos hasta un local de decoración porque Amanda quería comprar un desodorante para ambientes que su profe de Francés había rociado una vez sobre la clase (sep, la profe está loca… y Mandy también), y después fuimos hasta el cine a sacar entradas para una peli de terror, “Imágenes del más allá”. Juli llegó tarde, porque estaba en Natación, pero llegamos a comprar un par de boludeces para comer y entramos justo para el principio de la peli.
Daba miedo. Posta. Yo no soy taaan cobarde, pero me asusté mucho. Y, bueno… el miedo es un sentimiento sano, no como la bronca o la tristeza. Porque, bajo ciertos puntos de vista, puede llegar a ser incluso divertido. Me pasé buena parte de la peli con las uñas de la mano izquierda clavadas en el antebrazo de Julieta, y la mano derecha aferrando la de Amanda. Cuando alguna chillaba o se tapaba los ojos, las otras nos reíamos. No sé, en ese sentido el miedo es bueno. Une a la gente, jaja.
Más tarde, cenamos en el Patio de Comidas del Alto. Conversamos intrascendencias, nos reímos, nos divertimos. Paulatinamente me fui olvidando de mi semana horrible, de la manera rara en la que Dami me miró al principio de la clase de Inglés, de los mensajes de Lucas. Las amigas son algo muy, muy bueno.
Y esta mañana, leí un mail que me dejó sonriendo ininterrumpidamente hasta este momento. No voy a ahondar en detalles, simplemente les aclaro que no creía que los escritores conocidos leyeran blogs… y mucho menos el de Mandy y mío. No se imaginen a Gabriel García Márquez, por favor. Es una opción menos bestsellera, pero, al menos para mí, unas cien veces mejor.
Estoy contenta =) Mi semana mala terminó siendo una semana buena.
Ah, antes de despedirme, les dejo un dato: hoy, 17 de mayo, es el Día Mundial de la Lucha contra la Homofobia. Resulta que yo tengo un par de convicciones bastante firmes en mi cabecita, y el odio contra cualquier forma de discriminación es una de ellas. Por eso, a quienes gustan de leerme, me gustaría que vieran este link: http://moonpink.blogspot.com/2005/09/la-homofobia-y-t.html.
Desde ya, muchas gracias.
Saluditos!
Desireé

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